Panel Solar 12V
Un módulo fotovoltaico o panel solar es un dispositivo que aprovecha la radiación solar que incide directamente sobre las células fotovoltaicas del propio panel produciendo electricidad. Están compuestos por multitud de celdas llamadas células fotovoltaicas, que transforman la radiación solar en energÃa eléctrica. Deben estar correctamente orientados hacia el Sol para poder captar la mayor cantidad de luz posible.
¿En qué magnitud se mide un panel solar?
Un panel solar se mide en Potencia pico (Wp), que hace referencia a la potencia máxima que el módulo puede generar bajo unas Condiciones Estándar de medida (STC): radiación de 1000 W/m2 y temperatura de la célula de 25 ºC.
¿Qué tipos de paneles nos encontramos?
Por el número de células:
-
- Paneles solares de 36 células: Suelen emplearse en instalaciones aisladas pequeñas. Su tensión de salida es superior a 12V.
- Paneles solares de 60/120 células: Suelen emplearse en todo tipo de instalaciones por su gran versatilidad. Su principal ventaja es su tamaño. Su tensión de salida es superior a 24V.
- Paneles solares de 72/144 células: Suelen emplearse habitualmente tanto en instalaciones de conexión a la red eléctrica como aisladas. Su tensión de salida es superior a 24V.
Dentro de los paneles solares fotovoltaicos también podemos encontrar diversos tipos, en función de los materiales con que estén construidos:
-
- Células de Silicio Monocristalino: poseen una estructura ordenada y están compuestas por un solo cristal de grandes dimensiones, cortado en láminas finas y de color uniforme.
- Células de Silicio Policristalino: están constituidas por varios cristales. Poseen un color azul no uniforme y tienen rendimientos ligeramente inferiores a costes más reducidos.
- Células de Monocristalino PERC (Passivated Emitter Rear Cell): esta nueva tecnologÃa ha supuesto un gran desarrollo para el sector fotovoltaico gracias al aumento en el rendimiento de sus paneles. Están dotados de una capa posterior que ayuda a captar más radiación solar y de una lámina que hace que la luz solar sobrante rebote dentro de la célula y pueda recuperarse. Además, su comportamiento frente al calor es más eficiente, lo que conlleva una mayor duración del panel.